miércoles, 19 de mayo de 2010

La madre que parió a Mejuto

Publicado en EL MUNDO el 19 de mayo de 2010


Ojalá nadie se acuerde hoy de su "puta madre". Manuel Enrique Mejuto González (La Felguera, Asturias, 1965) no sabría qué hacer. Hasta ayer, no hubiera tenido dudas: roja directa y fulminante al irrespetuoso. Pero, hete aquí que el excéntrico Comité de Competición cambió la expulsión de Negredo en la jornada 38ª de Liga por amarilla, al considerar que tamaño insulto era en realidad una "observación formulada al árbitro".


La madre de Mejuto ha sufrido insultos durante los 16 años de su hijo en la élite y en todos los idiomas tras 12 de internacional. Ha celebrado un 'silbato de oro', sus tres 'gurucetas', el récord de partidos en Primera, que nunca acusaran a su hijo de favores inconfesables. Las dos únicas polémicas de su vástago fueron el 'Rafa, no me jodas' –por culpa de un linier protagonista– y aquel buen deseo a Etxeberria, capitán de un Athletic en horas bajas.


Mejuto se irá sin un Mundial en el saco. Por culpa de la mala suerte una vez, por la de las malas artes en la otra. Pero, a cambio, en su último curso ha sido agasajado con designaciones jugosas: un Barça-Atlético, un Madrid-Barça, y hoy, la final de Copa, el partido más bonito del año, entre dos clubes históricos y con hambre. Después de una trayectoria así este buen árbitro no merece que ciertas componendas empañen su epílogo. Mejor será que ningún jugador observe hoy nada sobre la madre de Mejuto. Aunque ayer, en la intimidad, él bien pudo acordarse de los manejos mal paridos del Comité de Competición.


2 comentarios:

  1. Este comentario sale del ordenador de una sufrida madre.
    En tiempos, mi hijo fué árbitro. Una vez la policia le ayudó a salir del campo y otra le acompañó incluso a casa, huelga decir, que todo ocurrió por el fervor ignorate de los espectadores.
    Recuerdo que casi me pitaban los oidos en esas ocasiones, y hoy, ya en la tercera edad, padezco de ruidos permanentes. No creo que tenga nada que ver, pero ¿quién sabe?
    Todo esto viene a querer decir: POR FAVOR, PIENSEN UN POCO, QUE MADRE NO HAY MÁS QUE UNA.

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  2. Su hijo árbitro, señora, seguro que defendió el honor de su madre tanto como pudo... aunque sería difícil en esos campos de tierra, rodeado como debió de estar, de rudos cachalotes de 30 y tantos con carreras frustradas en el fútbol de élite y muchas ganas de afilar los tacos para herir al contrario...

    Mis respetos, madre que parió a un árbitro

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