jueves, 27 de mayo de 2010

miércoles, 19 de mayo de 2010

La madre que parió a Mejuto

Publicado en EL MUNDO el 19 de mayo de 2010


Ojalá nadie se acuerde hoy de su "puta madre". Manuel Enrique Mejuto González (La Felguera, Asturias, 1965) no sabría qué hacer. Hasta ayer, no hubiera tenido dudas: roja directa y fulminante al irrespetuoso. Pero, hete aquí que el excéntrico Comité de Competición cambió la expulsión de Negredo en la jornada 38ª de Liga por amarilla, al considerar que tamaño insulto era en realidad una "observación formulada al árbitro".


La madre de Mejuto ha sufrido insultos durante los 16 años de su hijo en la élite y en todos los idiomas tras 12 de internacional. Ha celebrado un 'silbato de oro', sus tres 'gurucetas', el récord de partidos en Primera, que nunca acusaran a su hijo de favores inconfesables. Las dos únicas polémicas de su vástago fueron el 'Rafa, no me jodas' –por culpa de un linier protagonista– y aquel buen deseo a Etxeberria, capitán de un Athletic en horas bajas.


Mejuto se irá sin un Mundial en el saco. Por culpa de la mala suerte una vez, por la de las malas artes en la otra. Pero, a cambio, en su último curso ha sido agasajado con designaciones jugosas: un Barça-Atlético, un Madrid-Barça, y hoy, la final de Copa, el partido más bonito del año, entre dos clubes históricos y con hambre. Después de una trayectoria así este buen árbitro no merece que ciertas componendas empañen su epílogo. Mejor será que ningún jugador observe hoy nada sobre la madre de Mejuto. Aunque ayer, en la intimidad, él bien pudo acordarse de los manejos mal paridos del Comité de Competición.


lunes, 17 de mayo de 2010

'Guruceta' sin duda, pero amonestado

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 17 de mayo de 2010




Alberto Undiano Mallenco ha ganado el Trofeo Guruceta, instituido por el diario 'Marca' hace casi 25 años para premiar al mejor trencilla de nuestro fútbol. Era de esperar, es el mejor. Irá al Mundial de Sudáfrica en representación de nuestros colegiados y se espera de él una gran actuación. El navarro es ejemplo de templanza y de control de los partidos. Sin embargo, en este blog le hemos avisado últimamente de cierta dejación, de exceso de confianza. Cuando se le ha exigido esta temporada no ha estado del todo a la altura de las expectativas. No triunfó en el Barcelona-Real Madrid de la primera vuelta; tuvo mucha suerte en el derbi de los blancos ante el Atlético de hace mes y medio; y en el Sevilla-Barça de la penúltima jornada se inhibió de sus funciones en más de una ocasión.


Su empeño por ser, sobre todo, diplomático no le va a servir en la Copa del Mundo, donde los jugadores actúan de una forma más visceral, pues defienden no sólo unos colores, sino los suyos, los de su patria. Donde un tropiezo te manda a casa; donde un error del árbitro da la vuelta al planeta en pocos segundos... Su actitud lo está llevando al límite: dejar jugar y no querer ser protagonista conlleva el riesgo de que ese relax te saque de la concentración y no veas o no quieras ver cosas en las áreas. Sólo así se entiende que no señalara este domingo el penalti de Ramos a Caicedo, cuando el Málaga aún ganaba 1-0. Sólo así porque es Undiano; si fuese otro de peor fama, se llegaría a dudar de su honestidad


El Comité de designación ha demostrado cierta dependencia de él en las últimas jornadas, haciéndolo rotar del partido del Madrid al del Barça de manera sospechosa. Pero eso no es más que un síntoma de una enfermedad ya enquistada. El palmarés del Guruceta no deja lugar a las dudas. En los últimos 10 años sólo vemos a trencillas ya retirados o al propio Undiano. Salvo en la honrosa excepción del galardón compartido por Mejuto e Iturralde González en la 2001-2002. Más allá, el desierto.


Los titulares de la prensa suelen destacar que nuestros árbitros son autoritarios y egocéntricos; deficientes en su quehacer. Apuntan que les falta unidad de criterio, que basan el respeto que se deben ganar con su ejecutoria sobre el césped más en las tarjetas que atemorizan que en un conocimiento demostrado del juego. La prensa suele poner a la Premier Legue inglesa como ejemplo de una buena gestión en todos los aspectos, y en concreto en el asunto arbitral. Y no porque allí los colegiados sean mejores (que no lo son en general), sino porque allí hay transparencia, porque las sanciones por una decisión errónea se hacen públicas, y porque los futbolistas tramposos son apartados unas jornadas del campeonato sin recurso posible a comités de apelación que, como aquí, apañen la cosa al albur del ruido que haga la queja de turno.


En definitiva, porque hay una organización profesional por encima de todos. A Undiano y su cada vez mayor suficiencia tampoco le vendría mal que alguien, con autoridad indiscutible, le diera un toque. No sería bueno perder al que fue un gran árbitro y quedarnos con su versión desdibujada de la última temporada.


periodistaycolegiado@elmundo.es

sábado, 15 de mayo de 2010

El mejor y "lo peor"

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 15 de mayo de 2010



Esta semana los dos duelos clave se juegan a la vez, el domingo a las siete de la tarde. Ambos son muy similares. En los dos hay un equipo grande y uno pequeño. En los dos el grande se juega la Liga y el pequeño el descenso. A los cuatro equipos les pasa lo mismo: necesitan ganar. El Barça para alzarse con el título; el Madrid para optar a él. El Valladolid para quedarse en Primera; el Málaga para tener esa opción.


Desde la capital de la costa del sol, ambos contendientes mirarán al Camp Nou. Porque en eso también son iguales los choques. De que el Barça no gane depende la Liga del Madrid; de que el Valladolid pierda depende la permanencia del Málaga. Mirando la tabla, también hay paralelismos: Los blancos persiguen a los culés pegados a su cuello. Los malaguistas pisan los talones del Pucela, incluso con los mimos puntos. La temporada, además, ha sido lógica hasta el extremo: los muy grandes se han hecho enormes, con una puntuación estratosférica, frisando la centena; los muy pequeños se han hecho enanos, con una permanencia que se puede lograr con sólo 39 puntos.


Pero ahí acaban las similitudes. Por obra y gracia del Comité de designación. Ya la semana pasada ocurrió que al Barça lo pitó Undiano y al Madrid, Muñiz: uno bueno y uno malo. En esta ocasión es al revés. Al Madrid lo pita Undiano y al Barça, Pérez Lasa... Aparte del claro síntoma de que el Colegio arbitral no tiene muchos trencillas de los que se fíe (el navarro que será mundialista este verano lleva unos meses casi alternando entre los dos grandes de la Liga semana sí, semana no), resulta paradójico ese desequilibrio. Cuando le han dicho a Borja, mediocampista del Valladolid, quién era su árbitro, su comentario ha sido: "¿Pérez Lasa? De lo peor que nos podía pasar".


La semana pasada, al menos designaron un mal árbitro internacional. Ésta, el colegiado más débil no alcanza siquiera esa categoría 13 años después de debutar en Primera División. En 2005 Sánchez Arminio lo castigó sin la escarpela FIFA junto a Daudén Ibáñez -del que nuca más se supo- por negarse a firmar una carta que buscaba deslegitimar a los miembros del comité de designación menos afectos al régimen oficial. Pérez Lasa siempre ha sido conscientemente autoritario y tarjetero. Se enorgullece de ello públicamente. Y, pese a que los colegiados tienen prácticamente prohibido hacer declaraciones, ha llegado a decir en entrevistas que "en Primera División hay muchos jugadores que se creen dioses".


La Liga está tan competida que sólo se habla de fútbol y de la carrera maravillosa que siguen Madrid y Barcelona. Ojalá siga así después de la última jornada; que ningún grande pueda quejarse de los arbitrajes. Porque, ésa es otra, si el perjudicado es uno de los pequeños, Málaga o Valladolid, nadie los escuchará. Serán pequeños no, serán de Segunda sin remedio.


periodistaycolegiado@elmundo.es

domingo, 9 de mayo de 2010

Doble amarilla: Muñiz y Undiano

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 9 de mayo de 2010


Grandiosa jornada, pese a que el comité de designación se había columpiado de mala manera. Eligió a un árbitro bueno y a otro malo para los dos duelos clave del curso. Undiano Mallenco dirigió el Sevilla-Barcelona y Muñiz Fernández el Real Madrid-Athletic. Pronto se vio la diferencia entre ambos. Uno será nuestro representante en el Mundial y está considerado el mejor de España. El otro consta en la lista de colegiados que los aficionados no quieren para pitar a su equipo, porque son como un tiro al aire. Nunca sabes a quién le tocará la bala.


Y la bala le cayó a Amorebieta en el minuto 19. Cometió mano, sí. En el área, sí. Era penalti, claro. Pero jamás se puede sacar una tarjeta roja a un defensor porque el balón le golpee en su extremidad superior izquierda. La pena máxima es evidente, pues cortó la trayectoria de un balón que se iba directo al arco de su portero; pero de ahí a expulsarlo... Una roja merece no sólo una ocasión manifiesta de gol (que sería discutible si los pocos metros que había recorrido el cuero desde la bota madridista la completaban como tal), sino una voluntariedad clara por parte del infractor. Eso no se dio de ningún modo. Y la jugada condicionó el choque. Los bilbaínos acabaron renqueantes ante la avalancha blanca, que se animaba por la presunta remontada sevillista ante el Barça. El Athletic no podía más, con un jugador menos más de 70 minutos.


Muñiz no es un buen árbitro. Pero Undiano tampoco se lució en Sevilla. Todo su prestigio lo viene manchando últimamente con arbitrajes diplomáticos y condescendientes. Así fue en el Clásico de la primera vuelta en el Camp Nou. Así fue en el derbi del Bernabéu Real Madrid-Atlético; y así fue ayer. Acabó resoplando, qué menos, tras un duelo bestial entre el Sevilla y el sideral Barcelona de Guardiola. Pero se le notó la prisa por irse al vestuario y no buscarse problemas. 


Quizá se acordó de Teixeira, manejando el acta a posteriori en el Villarreal-Barcelona, para no tener que explicar por qué a un expulsado por doble amarilla, Busquets, le permitió ser sustituido. Undiano tenía ayer la cabeza embotada tras un choque muy duro, de muchas patadas, y acababa de obviar, tres minutos antes, un penalti enorme de Piqué sobre Kanouté... Así que, pese a haber amonestaciones y sustituciones en el descuento, no alargó los tres minutos que había decretado, y a correr. Él a su caseta. Y los jugadores del Barça a abrazarse. La Liga, esta hermosa Liga, está en sus manos.


periodistaycolegiado@elmundo.es

lunes, 3 de mayo de 2010

Tarjeta roja a la LFP

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 3 de mayo de 2010


Hoy es lunes, y aún no sabemos los horarios del fin de semana. Hace unos días fue viernes, y nueve clubes de Primera se reunieron a comer y, sobre todo, a repartirse el pastel del futuro. Lo quieren más grande y sólo para ellos. Pero, bien adornado, lograrán que los pequeños acepten. El modelo no parece muy origina, pero sí efectivo. Lo han copiado de la Premier Legaue inglesa, con más de una década de retraso. 


Quieren crear una Liga de élite y mandar ellos sobre la competición. Como la LFP no les ha servido, anquilosada, rígida y con demasiado peso de los pequeños, ahora Real Madrid, Barcelona, Valencia, Deportivo, Atlético, Sevilla y otros quieren reorganizarlo todo a su gusto. Más dinero, repartido por criterios de grandeza, audiencia televisiva y títulos, y con un mecanismo de solidaridad que trate de equilibrar las cosas. Se han dado cuenta de que no es de recibo que el segundo le saque 30 puntos al tercero. Un año de dominio del duopolio Madrid-Barça es divertido, apasionante, políticamente rentable; pero si esa dialéctica se establece en la Liga, sería su muerte.


¿Alguien ha caído en la cuenta de que el Madrid ya tiene el récord de victorias en una Liga, 29, y no es líder? Aún quedan tres jornadas y podría acabar el campeonato con 32 ¡y no ganarlo! ¿Alguien ha caído en que el Barça sólo ha perdido un partido en toda la campaña y podría perderla con sólo un empate más? Se daría el caso de que un club con sólo una derrota en toda la temporada ¡no gana la Liga!


Hoy es lunes y aún seguimos sin conmocer los horarios del fin de semana. Esta competición, el espectáculo que más millones mueve en España, está regida por unos hombres que no piensan más que en sus intereses personales, en el dinero de hoy, en los ingresos de mañana para pagar los gastos de ayer, ya apuntados en el 'debe' de las cuentas. Sin unos criterios profesionales, comunes, que redunden en el bien común a medio plazo.


Y de ahí, de ese desgobierno, parten las miserias que nos dan que hablar y sazonan de picardía las tertulias, las columnas y los blogs. Gracias a eso, podemos preguntarnos si el Atleti se dejó ganar en Sevilla; si Teixeira 'amañó' su acta para decir que la segunda amarilla del culé Busquets era en realidad la primera del amarillo Llorente. Gracias a que nadie es responsable de nada, todos se pueden permitir un poquito de esto y un poquito de lo otro. Por eso los clubes acogidos a la ley concursal pueden dejar de pagar, hacerle una quita a los salarios de sus futbolistas y seguir pujando por nuevos fichajes para encarecérselos a los que sí cumplen. Por eso, el día en que descendieron al Sevilla y al Celta a Segunda B por impagos, hubo que echarse atrás e inventar una Liga elefantiásica.


Gracias a que nadie, ni dirigentes del fútbol (por lo que les cae), ni políticos (por lo que no quieren que les caiga) le ha metido mano a esta industria, hoy es lunes y aún no sabemos los horarios del fin de semana en que se celebra la penúltima jornada. Las teles no han logrado consensuar su criterio porque, como nadie lo pensó con antelación, no se han inventado cómo sacarle a esta jornada la tajada que tiene. Porque 'sólo está en juego el título, la 'Champions', la UEFA y el descenso. Nada más.


¿Alguien imagina que un día todo esto se arregle? Si los profesionales de aquel lado se dedican a rreglar lo suyo, las tertulias, las columnas y los blogs podrían dedicarse a hablar de fútbol. Fútbol, ¿se acuerdan de qué era eso?


periodistaycolegiado@elmundo.es

lunes, 26 de abril de 2010

Guardiola saca la 'meseta' a pasear

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 26 de abril de 2010


Sembrando, sembrando, Guardiola se ha labrado una imagen de tipo sincero y templado. Es un hombre listo, mucho, como ya demostró en su época de jugador, que tuve el el placer de disfrutar. Cuando llegó al banquillo culé se impuso un camino de mesura y decidió negar toda entrevista. Él es quien decide cuándo y cómo habla. Lo controla todo. Y se vistió de sincero, elaborando un discurso en el que reconoce los valores del rival antes que nada, en el que afirma de modo insistente que cualquier equipo los ganará si el Barça no es el que más suda, y siempre con un tono mesiánico que ha calado hondo entre los seguidores del Barcelona e incluso entre los demás


Es un maestro de los tiempos; y en lo deportivo ya lo demostró el año pasado. Se pasó el curso diciendo que el Madrid era un rival muy duro y que ellos no podían hablar de títulos, sino del partido siguiente. En cuanto los blancos le pisaron los talones y en Madrid se empezó a soñar con el título, Guardiola reaccionó: "Me es igual lo que se diga, nosotros vamos a ganar la  Liga". Fue la primera vez que lo dijo. Y la única. No lo volvió a necesitar y regresó a su elegancia de traje y palabra.


Ahora que ya peina canas y calva creciente producto de la presión del cargo, sabe más el diablo por viejo que por diablo y cuando ha creído oportuno, ha cogido su tridente y ha pinchado de lleno con él: "Yo no sé ni las reglas, ¿cómo voy a hablar del árbitro? En la meseta central sí saben de eso", afirma.


'Meseta' es la palabra que usan los catalanistas para no pronunciar 'Madrid'. Y, por la templanza habitual de Pep, hay que analizar su uso en este caso como intencionado, pues él nunca ha exhibido sus posiciones políticas. Ahora utiliza ese discurso en su beneficio. Ya hemos visto que un técnico puede lograr que sus futbolistas dejen de serlo y pasen a ser segadoras: el Espanyol zurció a patadas al Barça y el Zaragoza lo hizo con el Madrid el sábado. Si un entrenador debe ser algo ese algo es psicólogo. Manejar el lenguaje es clave para conseguir lo que buscas: de tus chicos, de la prensa, de los árbitros...


Hoy, Guardiola, con su equipo embotado mentalmente y en el filo de volver a ser histórico o quedarse en blanco, quiere sacar ventaja de su presunta sinceridad eterna y mediatizar a los colegiados. Y lo hace con pancartas políticas. Él sabrá, pero eso está muy feo.


periodistaycolegiado@elmundo.es



lunes, 19 de abril de 2010

Sin noticias del árbitro

Publicado en EL MUNDO en Orbyt el 19 de abril de 2010



Buena jornada de los árbitros españoles, habitualmente vilipendiados por torpes, compensadores y sin criterio...





Si miramos las fichas de 'Marca' este domingo ninguno ha suspendido. Y eso es de mérito, pues estamos a cinco jornadas del final y en todos los partidos hay mucho en juego. Una prueba de fuego la tenía Undiano Mallenco en Cornellá. El duelo de pasión entre el gigante Barça y el modesto Espanyol celebrado el sábado puso la liga al rojo vivo con el empate a cero goles que rascaron los pericos a los culés. En este choque, duro, el trencilla mundialista hubo de sacar siete amarillas y una roja. Ésta a Alves, que ya amonestado cortó un avance rival con una zancadilla a la desesperada que lo condenó.




Undiano tuvo otra ocasión de decidir en una jugada clave, por unas presuntas manos dentro del área espanyolista reclamadas por Messi. Y el árbitro volvió a acertar. Ni queriendo podrían los azulgrana quejarse de la labor del colegiado. Los dos puntos que dejaron de ganar en casa de su vecino los perdieron por sus propios errores y los méritos del Espanyol.




En el Bernabéu, mientras, el buen Teixeira Vitienes lo tuvo sencillo en la habitualmente tortuosa dirección de un Real Madrid-Valencia. Pero si miramos al resto de campos, nos sorprendemos de que hay poca polémica y siempre bien resuelta. Ayza Gámez triunfó en un vertiginoso Tenerife-Getafe. El debutante Estrada Fernández pasó inadvertido en el Athletic- Zaragoza; lo mismo que Álvarez Izquierdo y Clos Gómez en el Xerez-Racing y el Málaga-Valladolid, respectivamente. Es decir, que en dos duelos histéricos por la permanencia, el árbitro no fue noticia.

Incluso Iturralde, con sus cosas, dejó sin argumentos a sus detractores en el Deportivo-Almería. Esta noche, Pérez Lasa tiene la ocasión en Mallorca de cerrar una buena jornada arbitral. La falta de noticias sería noticia. Y de las buenas.



periodistaycolegiado@elmundo.es

lunes, 12 de abril de 2010

Una voz ronca y sabia


Algunos aprendimos a ver el fútbol escuchándole a él. Otros lo que aprendieron fue a amar el deporte. Juanma Gozalo, 'Kubalita' para muchos amigos, y un ejemplo para mí,llevaba más de un año sufriendo como un condenado. Pero no por la enfermedad que lo carcomía, sino por saber que se le acababan los partidos, los mundiales de atletismo, los juegos olímpicos, las mañanas de micrófono en Radio Marca.
[foto de la noticia]
Fue su salida de RNE a cuenta del Expediente de Regulación de Empleo que hizo la radiotelevisión pública la que lo llevó a la radio deportiva de esta casa. Y fue esa llegada la que me hizo dejar de informarme de política por las mañanas con la cadena Ser, en la que trataba de expurgar el segundo año de Francino como sustituto de Gabilondo, para solazarme en la voz ronca y sabia de Juanma Gozalo.
Nunca volví a echar de menos las tertulias políticas, porque las suyas, con ser 'sólo' deportivas, eran profundas, trabajadas, documentadas y con los más importantes personajes del deporte español y mundial. Siempre imaginé a Gozalo, el del pelo amarillo, levantando el teléfono para llamar a 'nosequién' y que ese fulano siempre se pondría al otro lado. Siempre. ¿Quién era enemigo de Juanma? ¿Quién le rechazaba una entrevista? Cuando nadie lograba una declaración, Gozalo lo hacía, te lo servía, camino del cole con las niñas pidiendo 'su música' a voces en el asiento de atrás.
Ferrer Molina, compañero de Opinión de EL MUNDO, me vino pinchando desde hace tiempo para que tratáramos de quedar a comer con Juanma. Ambos le profesábamos admiración. Cuando por fin nos atrevimos a cruzar el vestíbulo y preguntar a los redactores de Radio Marca cómo contactar con él, nos confirmaron la noticia que ya pululaba en forma de rumor por la casa. "Juanma está muy malo", nos dijeron. "Hace el programa desde casa, en Cantabria y casi no viene por aquí".
Creo que su última aparición pública fue para ser homenajeado a palmas rotas en el acto conmemorativo de los 70 años de 'Marca'. Creo que ya no lo vimos más por aquí. Y ahora ya no lo oiremos más...
[foto de la noticia]
Yo era un barbilampiño periodista, aún estudiante, cuando trabajé en la última carrera que vio rodar a Indurain. En esa Vuelta a España de 1996, Juanmaviajaba entristecido porque le acababan de comunicar que lo sacaban de Radiogaceta de los Deportes, en RNE. Un día, en la sala de prensa de Sabiñánigo lo vi pasar y me armé de valor para mostrarle mi apoyo, el de un pipiolo. Me sonrió y me dio las gracias.
Gracias a ti, Juanma. Como no me conocías realmente, no sabes lo que me has enseñado. Espero haberlo aprendido.
periodistaycolegiado@elmundo.es

Amarilla para Mejuto en su último clásico



Parafraseando 'Aterriza como puedas', Mejuto eligió un mal día para dejar los Real Madrid-Barcelona. No es lo mismo estar preparando la despedida que irse a la francesa, manteniendo el silencio y dejando hacer. El buen árbitro asturiano debió darse cuenta al preparar el clásico de que ambos equipos llegaban igualados a puntos, con sendas rachas bestiales de triunfos, con un equipo blanco necesitadísimo de la victoria, pues no le quedaba nada más que ganar, tras caer con estrépito ente el Alcorcón en Copa y ante el Olympique de Lyon en 'Champions', justo en el año del regreso millonario de Florentino.
250 millones de euros de inversión después, el Madrid se presentaba excitado ante el mejor Barça de la Historia. Si se hace balance de los últimos 20 años, los blancos han perdido la delantera en España y en Europa ante los blaugrana. Cierto que en ese periodo han acumulado las mismas copas de Europa, pero a esos títulos los culés le han añadido un sello. Los blancos, no. Se han limitado a ser incombustibles en sus diversísimas versiones. El sábado, con otro dibujo distinto, el que este año les imprime Pellegrini, apelaban a una urgencia histórica de vencer de una vez a ese equipazo que los tiene sojuzgados. Y Mejuto no se enteró. No previó todo esto.
Ésa ha de ser la conclusión, porque el trencilla, que este año se retira por edad, tiene experiencia, colocación, buena forma física, templanza... lo tiene todo. Y si acertó esencialmente en las jugadas más polémicas (el no penalti a Messi de Albiol, el no gol de Raúl por la mano de Benzema), no sostuvo las riendas del choque en ningún momento. Habrá quien diga que si ningún equipo quedó satisfecho de su labor, eso es bueno, pero no siempre se cumple ese axioma. Tendrá la suerte de que la trascendencia y el resultado del duelo taparán su mala actuación, sin atreverse a decidir cuando debía, sin expulsar por doble amarilla a Alves o a Xabi Alonso cuando lo merecieron, sin imponer su autoridad en ningún momento, confiando en la buena relación de amistad que muchos jugadores de ambos bandos se profesan.
Pero Mejuto, eso no es suficiente. Te irás a casa al final de la campaña sabiendo que fallaste en tu clásico postrero, que te lo regalaron a modo de homenaje y que dejaste pasar la oportunidad de redondear una buena carrera en esto del silbato. En realidad, esta última está siendo tu peor temporada, pitas cada jornada como dejándote ir, y ayer eso fue visto por millones en todo el mundo este sábado. Una cosa es estar de salida y otra haberse ido antes de tiempo.
periodistaycolegiado@elmundo.es

viernes, 9 de abril de 2010

Mejuto siempre será aquél

Publicado en EL MUNDO el 9 de abril de 2010


Se marcha dos temporadas después que aquél que lo hizo famoso. Fue listo y se desligó pronto de él en los campos, pero nunca podrá apartarse del «Rafa, no me jodas». En 1996, un micrófono indiscreto inmortalizó aquella frase que lanzaba al estrellato al linier Rafael Guerrero y a Manuel Enrique Mejuto González, su jefe entonces. Será injusto, pero Mejuto siempre será aquél de La Romareda.


Por entonces, antes de que su asistente lo liara para señalar «penalti y expulsión» al 6, «ha sido el 6», o sea Xavi Aguado, Mejuto ya era uno de los trencillas más prometedores, con sólo 31 años y en su segunda temporada en Primera. Y ha cumplido, con sus avatares, pero con muy buena nota. Su designación para este Madrid-Barça es un premio merecido y mañana, cuando el asturiano decrete el final del partido, dirá adiós al blaugrana y al blanco. 45 años tienen la culpa.


No hay futbolista que pueda dudar de la honestidad de Mejuto. Pese a que otra cámara furtiva lo pilló en 2007 con Etxeberria, antes de un partido augurándole lo mejor: «Suerte, seguro que os salváis». Los de Bilbao se veían más cerca de Segunda que nunca.


Ha pitado dos Eurocopas. Y tuvo la mala suerte de que su mejor año coincidió con el de la España campeona de 2008. Pudimos ver su sonrisa amarga celebrando el gol de Torres en una sidrería. Se merece este clásico. Seguramente, camino de la caseta, se abrace a Raúl. Otro que está de salida.

periodistaycolegiado@elmundo.es

lunes, 29 de marzo de 2010

Undiano equivoca su camino al Mundial


P(Y)C ya está en EL MUNDO en Orbyt, por sólo 0,60€, el blog hablado y con imágenes...


El derbi le salió bien, pero no porque lo hiciera bien. Undiano Mallenco dirigió de muy mala manera un partido que no se le escapó porque los Real Madrid-Atlético de hoy en día distan mucho de ser aquéllos en los que Buyo y Míchel humillaban (o trataban de hacerlo) a Futre y Pizo Gómez. Quizá en un choque como los de esos años 80 el colegiado navarro también triunfaría, quizá. Pero nos hemos quedado sin saberlo. Su trabajo lo planteó hacia el objetivo de todo árbitro: pasar inadvertido. Pero eso es lo que uno desea que pase al final del encuentro, no lo que debe buscar constantemente.


Undiano trató de que nadie le culpara de dejar al Madrid con 10 o de ser intransigente con las faltas en medio campo del Atleti. Xabi Alonso, que tuvo dos destellos pero que hizo un partido lamentable, debió ser expulsado por doble amarilla en al menos dos ocasiones. Sin embargo, sólo vio una tarjeta de ese color y porque ya era clamoroso. Decíamos que el tolosarra jugó mal, cuando no es nuestro cometido juzgar a un futbolista, y lo decíamos porque se pasó el encuentro buscando la amarilla que lo liberara de viajar a Santander y que lo habilitara para preparar el clásico ante el Barça durante dos semanas limpio de amonestaciones en su ciclo particular. Tanto se empeñó que se le fue la cabeza e hizo un remate de voleibol en su propia área forzando un penalti estúpido, inesperado e imperdonable en un futbolista del Madrid. Recordó la memez de Mino, también en los 80, en el Olímpico de Múnich. Tontería que condenó entonces a aquel Madrid y que a punto estuvo de condenar a este Madrid. Por suerte nadie hizo la tontería de Juanito también en Múnich, cuando le pisó la cabeza a Mathäus. Nadie lo hizo en el Bernabéu.


Pero Undiano estaba también tan interesado en ser simpático que ni ahí le sacó la amarilla a Alonso. Tuvo el ex del Liverpool que hacer una feísima entrada a destiempo al Toto Salvio al acabar el choque para lograr 'su' tarjeta. Tuvo que jugarse la pierna de un compañero para que el trencilla se diera cuenta.


El colegiado se pasó el duelo dejando jugar, y sacó amarillas innecesarias, como la de Arbeloa, que más que innecesaria fue equivocada. Y perdonó constantemente las de Alonso y las que pudo sacar varias veces a Assunçao por el equipo colchonero. La gente hablará de que el madridista no debió acabar el partido, pero el portugués del Atlético también debió ser expulsado. ¿Que hubiese sido excesivo para un partido tan poco agresivo? Es posible, pero el reglamento dice lo que dice y, más allá de que hay que interpretarlo (que es cierto), lo cierto es que hay que cumplirlo. Y Undiano no lo hizo. Por eso decimos que tuvo suerte de que éste fuera un Madrid-Atleti de esta época y no de las pasadas, porque tanta condescendencia con entradas que eran de amonestación, hace unos año le hubiese costado perder las riendas del partido. Con jugadores más comprometidos con el escudo, más pegados a los colores, de ésos que veían en un derbi una ocasión de pisotear con rabia al rival de enfrente, Undiano hubiese sido machacado en todas las portadas al día siguiente


No será así. Pero mereció un cero. Ya le pasó en el Barça-Madrid de la primera vuelta. No fue una buena actuación aquélla ni lo ha sido ésta. Undiano es el mejor árbitro de España. De largo lo es. E irá al Mundial de Sudáfrica en representación de nuestro arbitraje. Peo deberá aprender a no ser tan 'bueno', pues si en partidos tan clave como estos dos citados ha fracasado, una actuación tan poco firme en el mayor escaparate del fútbol le podría condenar como un mal colegiado. Como, por otra parte, siempre les pasa a los árbitros españoles cada vez que cruzan la frontera.


periodistaycolegiado@elmundo.es

jueves, 25 de marzo de 2010

Pecados del dios prepotente

Seguramente él tenga algo de culpa, porque cada uno es responsable de sus actos. Pero le hemos venido alimentando el ego desde hace año y medio. Por mucho que uno trate de ser humilde, si millones de personas se arrodillan a tu paso a través de las ondas hertzianas, de los rayos catódicos, de las crónicas de prensa, si en un teatro los actores cambian el texto de la obra para pedirte que renueves, si 100.000 almas lloran de gusto al ver tu obra... es muy probable que te vuelvas loco y te creas, de verdad, el mesías. O al menos, en posesión de la verdad... o quizá, simplemente, con un argumento de autoridad superior al de los que te rodean. ¿No te respetan tanto todos? Pues será porque lo haces bien, porque te lo has ganado, y los números, además, lo dicen. No sólo lo haces bonito y elegante, es que además arrasas.


El Barça nunca ha sido así. La prepotencia era el pecado del Madrid. La soberbia es un pecado que nace del exceso de humildad. El público del Bernabéu aplaude más el sudor que la virtud y vibra más con una carrera desesperada e inútil por un balón que se escapa que por una virguería técnica igual de inútil. Ésa es la esencia del Madrid, y por eso, pese a que los medios no hagan caso a aquella generación, los madridistas de más de 35 años siguen recordando más a Camacho y Santillana que a Butragueño y Martín Vázquez. Juanito antes que Míchel y Stieleke por delante de Sanchis hijo. Es así. Y de esa superioridad histórica basada en la lucha constante, de ese mérito indudable fundado en no rendirse nunca, nace una sensación de que puedes mirar a los demás por encima del hombro. No te esfuerces, que por mucho que juegues, yo pondré mi calidad y, además, le echaré testosterona... te ganaré. Y, al final, llega un día en que malcomprendes eso, al menos un rato, y se te escapa en público un "me lo merezco" con el que todo el mundo está de acuerdo, pero que todos coinciden en que deberías haberte callado.


Después de ese desliz puntual de un grandísimo jugador más arriba citado, lleno de valores y admirable tanto dentro como fuera del césped, el Madrid tardó mucho en recuperar su esencia. Curiosamente, hasta la temporada en la que ese genio lo dejó. Mal que nos pese escribirlo.


A Guardiola le está pasando lo mismo. Malcomprende la admiración que tenemos por él y confunde su pose de humildad con humildad verdadera. Cree que todo lo que diga tendrá el sello de la modestia desde la que se ganó su enorme prestigio y abusa de ello

¿Que Clos Gómez miente en el acta? No lo sabremos nunca. Pero el árbitro, como autoridad, tiene presunción de veracidad en lo que escribe en el acta. Es necesario. Alguien ha de tener esa prerrogativa, como los policías en la calle. Y, por eso mismo, cuando a un trencilla se le pille en un renuncio habrá que ser extremadamente más duro en la sanción con él que con otro actor del mundo del fútbol. Pero si el entrenador del Barça (ojo, digo del Barça) es capaz de decir que un árbitro ha mentido (ojo, digo ha mentido) en un acta, debe poder probarlo. Si no, debe ser castigado duramente, y no con un expediente que quedará en agua e borrajas.


Ya venimos diciendo en este blog que Xavi o Iniesta están cayendo en la autocomplacencia últimamente. Desde cierta suprioridad que les hemos alimentado desde los medios y en cuya trampa ellos han caído, se refieren a las cosas del Madrid, a las cosas de los árbitros, hablando en tono papal. Y ayer Guardiola, socarrón, reconoció que su equipo saltó más tarde al campo tras el descanso en su duelo ante Osasuna, porque "se le calentó la lengua"... El colegiado mandó avisar varias veces a los azulgrana mientras, humillado en su autoridad, esperaba en el centro del campo, junto a los osasunistas, cuyos músculos se enfriaban (al tiempo que a Camacho, en el banquillo visitante, algo se le calentaba). Ese desprecio es síntoma de lo mismo que decíamos antes


Alguien debería decirle: "oiga, señor Guardiola, es nuestro campo, pero durante el partido manda el del silbato. Y usted obedece. Y si le ordenan llamar, usted pide disculpas y manda a sus jugadores escopetados al terreno de juego..."  A no ser que Velasco Carballo haya mentido también en su acta al decir que usted les hizo esperar, o al decir que los mandó llamar. A lo mejor fue eso.


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