Hoy Marca se escandaliza de que el Barça se queje de los árbitros, con grandes caracteres, con fondo negro en su portada, poniendo ejemplos de varias jugadas que, en esta misma temporada, alimenta la teoría instalada de que los colegiados favorecen a los culés. Mientras, Sport reserva un espacio menor para el asunto, pero desde la posición victimista que corresponde a su público principal.
El sábado, la sección de Deportes de El Mundo abría con la supuesta preocupación que se ha instalado en la Federación Española de Fútbol por la crispación creciente no ya sólo en los medios, sino en los propios futbolistas, en los dirigentes, en las aficiones... Debió de haber orden: 10 expulsados, nueve jugadores y un entrenador.
El Camp Nou se levantó de sus asientos en la noche del sábado cuando Teixeira expulsó a Piqué y luego a Márquez. El árbitro cántabro, uno de los mejores de la categoría, acertó en ambas decisiones y no se arredró. "¿Ven como no nos regalan nada, ven como nos sacan rojas como a los demás?", dirá algún barcelonista. Incluso el trencilla pudo alimentar la teoría de la contraconspiración, ésa que hizo sacar los pañuelos a los culés. "Claro, como los madridistas están llorando, ahora los del pito se vuelven en nuestra contra".
Deportivamente, no. Teixeira quizá pudo dejar en amarilla lo de Piqué, como incluso dijo Míchel, técnico del Getafe, pero la roja, reglamento en mano, es correcta. Y la de Márquez, indiscutible. Y dialécticamente, nos lo hemos buscado. La tensión se ha venido alimentando en una prensa partidista y poco objetiva, que sólo destaca los hechos que le benefician en ventas. Pero sólo se alimenta al que pide comida, y este fútbol nuestro lleva tiempo haciendo todo lo posible por llegar a esto.
Es la falta de profesionalidad rampante la causa primera de todo esto. Dirigentes federativos, de la Liga, de los clubes y de los comités, todos, parecen confabulados para engordar la madeja de las conveniencias, ésa que sólo lleva a que todos tengan motivos y ninguno tenga razón.
Los árbitros no son independientes y sus decisiones, por ello, se ven condicionadas por el ambiente (10 rojas, récord de la temporada). Y como gobierna el ambiente, todos han llegado a la conclusión de que el que más ruido haga, más influirá y más rédito sacará para lo suyo. Y como desde los despachos nadie ha mostrado coherencia como para ganarse la autoridad moral de mandar callar, la bola de nieve crece y crece. Si alguien habla o da una patada, según cómo se reaccione desde los medios, se le meten más o menos partidos. Y por eso ya sabíamos la noche del sábado que alguien titularía "¿y cuántos partido son esto?" con una foto de la entrada de Piqué. Lo hizo Marca. Y ya sabíamos que otros abrirían celebrando la victoria del Barça "sobre el árbitro". Lo hizo Sport.
Todos deseamos que alguien con autoridad haga y deshaga con criterio y que eso vaya dejando poso y que, al paso de unos pocos años, nos podamos evitar este peñazo. Pero si aquél que es señalado como mesías y ejemplo es capaz de afirmar "yo le digo a los jugadores que los árbitros no existen" sólo dos minutos después de jalear a sus 100.000 aficionados con aspavientos de todos los colores para echarlos encima del colegiado, es que el Villarato, ese invento, debe ser el nombre que le demos al ambiente que hay. Quizá el presidente de la Federación podría ser distinto.
periodistaycolegiado@elmundo.es
Bien, Prieto, bien...
ResponderEliminarSensacional: sentido común.
ResponderEliminarSólo un apunte: Guardiola no (nos) pedía al público que se (nos) echara (mos) encima del árbitro: pedía ánimo para el equipo. Guardiola lleva una trayectoria completamente coherente al respecto y volvió a demostrarlo en sus declaraciones al final del partido: merecía la pena reproducirlas todas en tu excelente post. Creo que tu interpretación de los gestos de Pep es exagerada.
[Full disclosure: soy culé]
Vicente dijo:
ResponderEliminarYo me pregunto por qué no se montó todo este escándalo del arbitraje en la prensa cuando, por ejemplo, los árbitros manipularon asquerosamente la primera Liga que finalmente y , pese a todo, acabó ganando Benítez con el Valencia. Ojo, no sólo beneficiando al Real (ahí, por ejemplo el inexistente 'penalti' de Marchena a Raúl en el Bernabéu, y ojo ¡cómo pusieron entonces al presidente Ortí por denunciar lo que veía cualquiera que no llevara las orejeras del Madrid, los mismos que hoy ponen el grito en el cielo!), sino perjudicando al Valencia. Recuerdo en Mestalla un Valencia/Espanyol clave para la Liga en el que el árbitro expulsó injustamente a Carboni a los 5 minutos. El Valencia ganó con 10 pese al 'Villarato'. La respuesta a todo esto la da el propio Alberto D. Prieto: 'La tensión se ha venido alimentando en una prensa partidista y poco objetiva, que sólo destaca los hechos que le benefician en ventas'. Lo triste para este país es que en ese juego entra hasta la prensa considerada seria (o sea, objetiva) y nacional (o sea, de todos).
Estefanía dijo:
ResponderEliminarA la vez que leo el blog veo la noticia en el telediario de Telecinco...Curioso, como siempre, la opinion de los "profesionales". Si el microfono se dirige a Barcelona la tarjeta roja a Pique no debia serlo pero era clarisima la de Ronaldo...y si se dirigen a Madrid al revés. Qué sabio es Kaká al no decir nada. Y qué poco vende eso!
TP, me interesa tu punto de vista, hazte visible o únete en Facebook. Así podremos discutir...
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