El sábado 12 de diciembre en el Camp Nou, en el derbi Barça-Espanyol, Iturralde se inventó un penalti en el área de los periquitos. Imaginó que Baena le hacía algo a Xavi. ¿Agarrarlo, manosearlo, desearle una navidad desgraciada? No se sabe. Porque no le hizo nada. Pero la misma noche del espectáculo del inefable Iturralde descubrimos en el acta oficial del partido que el trencilla tuvo el cuajo de expulsar al pobre Baena en el vestuario...
Nos preguntábamos que con qué cara se iba uno al vestuario después de que un árbitro protagonista te hundiera el trabajo de toda una semana a cambio de unas portaditas para él... Pues ya lo sabemos. No es con cara de idiota, como conjeturábamos, es con la cara roja.
Roja por la rabia contenida. Roja por la sangre encendida. Roja por el dolor que causan en las encías los dientes apretados. Roja por las marcas que dejan las uñas clavadas en las palmas de las manos por los puños cerrados. Puños tensos, temblorosos, mientras tratas de pensar en algo que evite que acaben poniendo roja otra cara, porque hace falta ser muy cara para sacarle la roja a un chaval que está empezando en el fútbol de élite, que no hizo el penalti que tú le pitaste, penalti que significó la derrota ante el campeón, el líder, el mejor Barça de la historia, el equpo que empequeñece al tuyo...
Hace falta ser muy cara para expulsar a alguien en el vestuario por decirte "ya lo verás en la tele, ya lo verás en la tele". Y hace falta también tener la cara más dura que el pedernal para que no se te ponga roja no ya sólo por hacer eso, sino porque ¡es que luego lo has de reflejar en el acta! Un documento oficial y público, al alcance de todo el mundo. ¡Que te van a poner en tu sitio, Iturralde! ¿No te das cuenta de que contarle al Comité que echas a Baena por eso es aparecer como el empollón chivato y gafotas de los tebeos?
Claro, que Iturralde siempre ha sido un personaje de tebeo. Yo no creo que pite a favor del Barça, pita a favor de su protagonismo, de ver su cara en las portadas. Porque, aunque los medios lo pongamos en su sitio, a él nunca se le pone la cara roja.
(Y) Ojito, Xavi. Ante el Madrid, lo hizo Iniesta. El sábado, tú. Ni los jugadores del Madrid ni los del Barça deberían hacer esas cosas. Pero a vosotros, con la fama que tenéis, bien ganada por otra parte, de jugadores exquisitos y elegantes, os conviene menos que a ningún otro que se os vea tiraros de mala manera a la piscina. Muchos años para crear una imagen se pueden perder en dos tonterías. Ambos lleváis una. Cuidado.
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