Clos Gómez, compensado

(Publicado en EL MUNDO el 8 de noviembre de 2009)

La ley odiosa. El derbi del Calderón duró 180 minutos. Los de ayer y los 90 del año pasado. Porque cuando el Comité designó al aragonés Clos Gómez para el partido de ayer, lo hizo en aplicación de la odiosa y tramposa ley de la compensación.

Compensación a Clos Gómez, se entiende. Porque era el mismo trencilla que pitó espantosamente el derbi de 2008. En aquella primera mitad, machacó a los blancos y, tras un acto de contrición en el vestuario –algo así como: «jo, qué malos somos»–, hizo su propósito de enmienda: compensar al Madrid a costa del Atleti.

Los nervios y la culpabilidad atacan a los jueces sin personalidad. Pero tapar un error con otro no desagravia al primer perjudicado, sólo cabrea al segundo.

Pese a los antecedentes, ayer el árbitro empezó impecable su trabajo, más allá de una discutible amarilla a Kaká. Pero en el min. 40, en plena efervescencia atlética para recortar el 0-2 antes del descanso, Clos Gómez se hizo el sueco en una falta por detrás de Lass a Simao. Debió ser su segunda amarilla y, por tanto, expulsión. Luego, en el min. 65, ya con 0-3, sí acertó al echar a Ramos, pues era el último jugador y el Kun se iba solo a portería. La roja descompuso al Madrid y llegaron los dos goles rojiblancos. Si el árbitro hubiera echado a Lass cuando debió, ¿habría pasado lo mismo? Nunca lo sabremos.

En un final muy intenso, con un apretado 2-3 y el Atleti volcado, los jugadores colaboraron con el colegiado sin tratar de engañarle. Lo hicieron porque estaban centrados en lo suyo. Y eso se lo había ganado el trencilla con un arbitraje muy serio. Con fallos, sí, pero sin desquiciar a nadie. Finalmente, Clos Gómez quedó compensado.

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